Carolina Durante: cada vez mejores, cada vez más grandes.
· El cuarteto madrileño completó el aforo del Movistar Arena.
En enero de hace dos años el cuarteto Carolina Durante ofreció su concierto más grande hasta la fecha en Madrid en el WiZink Center ante una audiencia que ocupó la pista y parte de la grada extensible. En aquella ocasión recibieron multitud de críticas positivas tras un show intenso y trabajado a partes iguales que sirvió como consagración de un joven grupo de cuatro amigos. Dos inviernos más tarde llega ese mismo cuarteto hasta el renombrado recinto Movistar Arena para presentar su tercer disco Elige Tu Propia Aventura (Sonido Muchacho, 2024), esta vez con todo el aforo vendido, más de 16.000 tickets despachados que ratifican su gran estado de forma. Sobre las tablas, Diego García (voz), Mario del Valle (guitarra), Martín Vallhonrat (bajo) y Juan Pedrayes (batería) estuvieron acompañados por las guitarras de Julen Alberdi (Vulk) y los teclados de Esteban Fraile (Los Planetas), sumando calidad a una propuesta artística defendida con clase.

La sintonía de la serie The Office sonaba cuando salieron de un decorado emulando un ascensor, incluso con las puertas abriéndose, dando paso a los protagonistas a una escenografía repleta de sillas, escritorios, archivadores, impresoras, ordenadores, lámparas e incluso un perchero, como si de una oficina se tratase. Pero para Diego, Mario, Martín y Juan, esos cuatro chavales que triunfaron con su segundo LP, no fue un día más en la oficina, sino su show más importante en la capital. El repertorio, formado por veintinueve canciones, incluyó todos los temas de su citado tercer álbum, rescatando también composiciones de sus anteriores trabajos. Además de la mencionada escenografía, colocaron una pasarela delante de la valla anti-avalancha en el espacio donde suelen situarse los fotógrafos para realizar su trabajo, dificultando la posición de los acreditados en un espacio reducido notablemente. La propuesta recordaba a la utilizada en la reciente gira del australiano Nick Cave, ganando interacción con el público y permitiendo que Diego fuese principal protagonista cada vez que pisaba las plataformas pegadas a la valla, haciendo que los asistentes situados en las primeras filas disfrutasen más que en otros conciertos por tener ante sus narices a un frontman que no paró de saltar, bailar, correr e interactuar durante todo el show.

En lo musical, todo iba a pedir de boca, con una banda totalmente rodada tras sus directos en Valencia, Zaragoza, Barcelona, Granada, Málaga, Sevilla, Coruña, Gijón, Pamplona y Bilbao, hasta que pasada la mitad del concierto cuando interpretaban la canción ‘Casa Kira’ la mesa que controlaba los monitores tuvo problemas técnicos que imposibilitaron el desarrollo normal del espectáculo, obligando a parar el directo. Mientras solventaban la avería, Diego habló con los asistentes de las primeras filas y una seguidora pidió que tocasen ‘Necromántico’, tema que no figuraba en el setlist pero que interpretaron sin el sonido de los citados monitores. Solventados los problemas técnicos pasados unos minutos, retomaron el concierto con la aparición del misterioso monstruo de los post-it haciendo un guiño a la película cómica estadounidense Office Space que satiriza sobre el trabajo rutinario en una compañía de software. Poco después, irrumpió en escena Barry B para colaborar en ‘Yo pensaba que me había tocado Dios’ y después Gara Durán para hacer lo propio en ‘Perdona (ahora sí que sí)’, finiquitando por todo lo alto con el hit ‘Hamburguesas’, ‘Normal’ y la celebrada ‘Las canciones de Juanita’. El recinto se quedó pequeño, los pogos fueron constantes en la zona de pista durante toda la noche, pero lo más destacado fue el gran paso hacia adelante que ha conseguido Carolina Durante con el lanzamiento de su tercer disco. En las próximas semanas llevarán su directo hasta Latinoamérica, con fechas en México, Colombia, Chile y Argentina, actuando también en festivales por toda la geografía española. Después, está por ver, pero quizás sea el momento para lanzarse a tocar en un estadio.
Texto y fotografías: Alfredo Rodríguez