El comienzo
Viernes 7 de junio [primera jornada]
La tarde se está haciendo eterna, el reloj de la oficina parece no avanzar, juraría que la aguja no se mueve. Efectivamente, la pila está agotada. 18:45, salgo pitando hacia el local, allí me esperan Guille y Goiko para recoger el equipo que usaremos en la grabación. El destino, caprichoso el, ha decidido que Claudio tenga que asistir a una boda de tarde hoy mismo, así que nos toca cargar todos sus bártulos de la batería. ¿Cuántas piezas tienen estos putos trastos del infierno? ¿Por qué no haríamos pop electrónico con la de herramientas de las que disponemos hoy en día? (foto de caja de ritmos).
Cargamos a toda leche y nos dirigimos a los estudios El Tigre, allí nos espera Xabi, alegre cual castañuelas pese a llevar toda la tarde grabando guitarras de otro grupo. Un poco más tarde llega Jon Aguirrezabalaga, nos vamos a tomar un par de cañas y hablamos sobre los temas a grabar mientras dejamos que Xabi termine su trabajo. Es la primera vez en nuestras diversas “carreras” en esto de la música en la que le damos tantas vueltas a las cosas. Discutimos sobre diferentes ideas de cómo enfocar los temas y subimos de nuevo al estudio a montar la batería para mañana, con la sensación de haber acertado plenamente con la elección de Jon y Xabi para la grabación del disco, y eso que la claqueta ni siquiera ha empezado a martillar nuestras cabezas.
Dejar a dos guitarristas y un bajista montar una batería es, cuanto menos, arriesgado, algo así como uno de estos abuelos modernos colocando por primera vez en su vida un pañal a su nieto, un trabajo que en teoría, es para “otros”. Torpemente cual treintañero virgen en burdel de carretera vamos colocando los diferentes elementos, con poca habilidad y menos gracia.
– ¡Esto ya está! Lo miramos, damos dos pasos atrás, volvemos a mirar al engendro…
– Juraría que no va así…
– Yo creo que no, pero que más da, lo pongas bien o mal se va a quejar… Ja, ja, ja…
Antes de marchar hacia casa, nos llega un mensaje con una foto de Claudio, engominado hasta las cejas y agarrando una copa en lo alto. Si no le conociésemos, temblaríamos de miedo, mañana a las 10:30 el trabajo nos espera.
Sábado 8 de junio [segunda jornada]
El despertador suena a las 9:00, ya llevo una hora danzando por casa, digamos que tumbar me he tumbado, lo que ha fallado es lo de dormir. “¿Cariño, lo que llevaba ayer la pizza era orégano?» Paso a recoger a Guille, misteriosamente está en el lugar y a la hora, miro al cielo y no, no veo descender a los cuatro jinetes del apocalipsis, se estará haciendo mayor. Me regala una sonrisa mañanera y recogemos a Goiko que esta vez sí, nos hace esperar.
En el estudio coincidimos con Claudio, que aparentemente no tiene resaca, ya ni somos rockeros ni ná de ná! “La batería está mal montada”. Si se nos diesen tan bien las apuestas deportivas, estaríamos forrados. Las risas y el buen ambiente se apoderan del estudio y poco a poco vamos acercándonos al esperadísimo momento de darle al ‘REC’, ese botoncito rojo que tanto nos gusta y tanto miedo nos da a la vez.
“La Compra”
Todo aquel que haya grabado un disco alguna vez, sabe que es imprescindible hacer un importante acopio de chuches, cerveza y en general, alimentos altos en grasas saturadas para poder realizar la durísima tarea de estar sentado en un sofá recogido de la basura durante diez horas seguidas, mientras alguno de tus compañeros graba. El cabeceo arriba y abajo, los gestos efusivos de afirmación y levantar el dedo pulgar a través de la cabina después de cada toma, es agotador.
Una expedición formada por el trío guaraná baja a un famoso comercio de origen alemán, mientras Claudio termina de montar la batería y los “cheriffs” van microfoneando. Esta vez hemos decidido comprar “sano”, basta ya de comer mierdas, vamos a decantarnos por fruta y cosas frescas, hay que cuidarse coño, que ya tenemos una edad. Salimos del establecimiento media hora después. De acuerdo, estos sitios tendrían que estar prohibidos. A continuación os listo la compra. No quiero oír ni un solo comentario.
– Patatas onduladas (x2)
– Frutos secos
– Galletas Mr. Chock (una especie de Twix, en formato familia del opus)
– Snack 3Ds (x2)
– Wittix Pizza (unas galletas saladas emulando minipizzas, demencialmente adictivas)
– Barritas de muesli-chocolate (“El Engañamadres”)
– Barritas de muesli-frutos del bosque (“El Engañamadres, the return”)
– Una especie de Nestea con un increíble 1% de té en su composición.
– Yogur bebible sabor piña (Este pamí yalopagoyó).
– Coca-Cola (x4)
– Palet de cerveza (literal)
– 1 kilo de manzanas
“Rec”
La jornada de grabación del sábado fue de esas que te hacen sentir orgulloso de tus compañeros de equipo. Grabar 8 de 10 temas a batería y bajo en una tarde, se me antoja un muy buen ritmo. El nerviosismo inicial desapareció al instante al ver que nos iba a dar tiempo de sobra incluso a regrabar unos cuantos temas probando diferentes configuraciones en la batería (mil gracias a Álvaro Pesch por las tres cajas “pata negra” que nos prestó para la ocasión).
Cada vez que grabas una toma en el estudio hay una regla no escrita que se repite siempre, y digo SIEMPRE. Da igual si lo has hecho garrafalmente mal o si ha sido una toma maestra de esas que se dan una vez en la vida, al final tienes que poner cara de haber chupado un limón. Sí, sí, un limón. No te puedes demostrar eufórico, en plan “hey, ese soy yo”, tienes que mostrarte como mínimo, ligeramente descontento, en plan “lo podría haber hecho mucho mejor”. Luego ya pasas a la cabina, escuchas la toma y hasta que el último miembro del staff te dice que “mola”, no te quedas contento.
Una vez pegada esta pechada, nos fuimos a casa a descansar, el trabajo duro merece su descanso y no se los demás, pero a mí me dolían muchísimo el cuello y el dedo pulgar…
Domingo 9 de junio [tercera jornada]
“El día de la Marmota”. Esa es la sensación que suele crear el estudio, menos mal que esta vez grabaremos en días alternos. El domingo entero lo utilizamos para grabar los dos temas que faltaban, regrabar tomas alternativas de algunas canciones y arreglar pequeños errores de bajo. “Tranqui Guille, que luego viene el bajista americano que hemos contratado, tu haz lo que puedas y diviértete, lo vamos a regrabar todo después…. ¿No te quieres ir ya a casa?”. El grupo que no haya hecho esta coña nunca, ni es grupo ni es nada, he dicho.
Por lo demás, poco más que contar. Durante la semana que viene empezamos con las guitarras. Os mantendremos informados.
Sed felices.
Julen.