Todo lo conseguido con su debut largo Solpor (Raso Estudio, 2018) tuvo continuación con sus trabajos Misturas (Raso Estudio, 2019) y Paisaxes (Raso Estudio, 2020) en los que siguió explorando sus raíces gracias a la música tradicional gallega. En su nueva obra Baiuca presenta una decena de canciones donde sigue conjurando los sonidos electrónicos con el cancionero popular de su tierra renovando satisfactoriamente el mismo. El productor Alejandro Guillán cuenta esta vez con la colaboración del asturiano Rodrigo Cuevas en la formidable ‘Veleno’ cantada en galego, asturianu y castellano, exponiendo la recuperación de la música tradicional ibérica en una pieza magistral. Destaca también la banda de pandereteiras-cantereiras Lilaina, quienes colaboran en cinco de los diez cortes (‘Meigallo’, ‘Luar’, ‘Conxuro’, ‘Lavandeira’ y ‘Diaño’), aportando su particular voz e instrumentación marca de la casa. Y mencionar además la participación del flautista-gaitero pontevedrés Cristian Silva en dos temas y la del percusionista Xosé Lois Romero en uno, ratificando la importancia de la tierra galega en el álbum. Convertido en un alquimista sonoro, su nueva obra conceptual tiene referencias líricas de la musicóloga suiza Dorothé Schubarth y la poetisa compostelana María Rosalía Rita de Castro, entre otros autores, sirviendo como cimientos sonoros donde las meigas, el carballo y la luna protagonizan sus tonadillas. Con panderetas, bombos y tambores como base, la brujería que propone el mago treintañero afincado en la capital hace de su particular folktrónica uno de los mejores discos en lo que llevamos de temporada. Y lo que para muchos son gaitas y marisco que provienen de la galaica más lluviosa, para otros más avispados musicalmente hablando se traduce en un largo donde este joven norteño sigue explorando y expandiendo su festín de sonidos para llevar su propuesta hasta otros rincones del mundo.
Alfredo Rodríguez