Siempre se habla del segundo disco de un grupo como la prueba de fuego para saber si pueden sobrevivir al éxito de su debut o todo queda en un mero espejismo. The Devil Put Dinosaurs Here (Capitol, 2013) no es el segundo disco de Alice In Chains en su carrera pero si la continuación del sobresaliente Black Gives Way To Blue (Virgin/EMI, 2009), publicado hace cuatro años y que supuso el primer paso de esta nueva formación en la que William Duvall sustituye notablemente al fallecido Layne. Es por eso que Jerry Cantrell, auténtico líder creativo, habla de este último trabajo como de un nuevo Dirt (Columbia, 1992), segundo álbum del grupo publicado hace ya más de veinte años. Y si con aquel unos Alice In Chains en estado de gracia crearon su mejor disco e hicieron pequeño a su debut, no parece que esta vez hayan conseguido superar a sus más cercanas composiciones. The Devil Put Dinosaurs Here es un buen disco pero algo irregular y, sobre todo, excesivamente largo. El trabajo se inicia con temas como ‘Hollow’ y ‘Pretty Done’, que siguen los parámetros habituales del característico sonido de los de Seattle (guitarras rocosas, oscuras melodías y voces dobladas), y otros que, sin salirse demasiado de la senda marcada, aportan algo más de dinamismo. ‘Stone’ confirma la total comunión entre las voces de Cantrell y Duvall, en ‘Voices’ enriquecen una vez más su sonido con el acompañamiento de guitarras acústicas y en ‘The Devil Put Dinosaurs Here’ se asoman a terrenos pantanosos y nos dejan un estribillo ceremonial que nos incrusta en la cabeza la frase que da nombre al disco una y otra vez. A partir de ésta viene el problema, con temas menores y bastante planos como ‘Low Ceiling’ o la semiacústica ‘Scalpel’. Una parte central del disco que hace bajar notablemente el listón pero que, por fortuna, consiguen remontar en cuanto el riff inicial de ‘Phantom Limb’ fusila tus oídos. Siete minutos que nos devuelven a los mejores Alice In Chains y que, junto con la aceptable ‘Hung On A Hook’ y la final ‘Choke’, en la que se apoyan de nuevo a la perfección en detalles acústicos, termina dejándonos un buen sabor de boca.
[Texto]: Iván Díaz