La cantante y compositora británica Anna Calvi regresa a la actualidad musical con su tercer LP titulado Hunter (Domino Recording Co., 2018), cinco años después de su segunda referencia larga, One Breath (Domino Recording Co., 2013). Entre medias lanzó un disco con David Byrne y otro grabado en directo, pero prefirió no tener prisa y esperar a tener un material lo suficientemente apropiado como para publicarlo y estar totalmente satisfecha con el resultado. Para ello, trabajó la producción del disco con Nick Launay (Nick Cave, Yeah Yeah Yeahs, Grinderman), quien consigue la sonoridad necesaria para que las diez nuevas composiciones que lo forman suenen expresivas y emocionales a partes iguales. Parte de culpa la tiene el sonido de la guitarra de Calvi, quien añade toda su libertad como si quisiera hacer sentir lo mismo a quienes escuchen sus canciones. Y también tiene mucho que ver que para ello contase con su banda habitual formada por Mally Harpaz (multi-instrumentista) y Alex Thomas (batería), quienes aportan su toque particular a unos cortes que brillan con luz propia. Concebido como una visión utópica de género y sexualidad desde la inicial ‘As A Man’, las voces y los arreglos no hacen sino magnificar una decena de cortes que se convierten en los más atrevidos que ha registrado la artista de Twickenham hasta la fecha. La delicadeza de ‘Away’ nada tiene que ver con otros cortes como ‘Swimming Pool’ y ‘Alpha’, donde Anna recuerda en algún que otro instante los mejores momentos de la estadounidense Diamanda Galas. Usando su voz y su garganta como instrumento, queda claro que vuelve a mezclar indie, rock y art rock a la perfección, esta vez con la participación de Adrian Utley (Portishead) y Martin Casey (The Bad Seeds) en un disco que aumenta su figura y su discografía notablemente.
[Texto]: Alfredo Rodríguez