Siendo carne de cañón para cualquier jovencita en edad universitaria fanática de formaciones como Love Of Lesbian, Supersubmarina y Miss Caffeina, entre otros, este joven ovetense se saca de la manga un nuevo trabajo discográfico que sucede en el tiempo a sus anteriores EP’s autoeditados La Casa De La Playa (2009) y Pirotecnias Animadas (2011). Con su aspecto de niño bien este joven cantante y guitarra esconde tras de sí la esencia suficiente como para dar el salto definitivo con este reseñado debut en formato largo. Y es que si en sus citadas obras echó mano de Sergio Sastre y Brian Hunt, ahora se cubre las espaldas en el terreno de la producción con el gran Xel Pereda (Lucas 15, Nacho Vegas), haciendo lo propio en directo cuando actúa con banda por Luis Rodríguez (bajo y coros) y Manuel Molina (batería), habituales compañeros de viaje del también asturiano Nacho Vegas y Martín Muñiz (teclado, guitarra, coros), creando un grupo estelar. Lanzando su trabajo gracias al tan de moda crowdfunding, este artista pop juega con unas letras basadas en el libro Demian del escritor suizo Hermann Hesse, obteniendo un magnífico resultado que, en conjunción con su música, hace de sus canciones unas brillantes composiciones repletas de vitalidad. Pero también sacamos algo negativo, la cercanía con el gallego Iván Ferreiro, una sombra que tiene que pesarle, seguro, pues es inevitable no acordarse del menudo cantante cuando escuchas ‘Carta A Las Especias’, ‘Canción Felíz Para Chicos Tristes’ o ‘Coto Sin Muerte’. Pero también puede ser que la influencia le beneficie, quien sabe. Reflejada su madurez en términos globales, debería sacar partido a una gran conexión con un público que le lleva en volandas desde hace meses en las tan de moda redes sociales. Veremos como pasa el tiempo por un disco que entra bastante bien de principio a fin.
[Texto]: Alfredo Rodríguez
