Con una buena colección de premios sobre sus espaldas, a los que se unía recientemente el Oscar a Mejor Documental, ha llegado a nuestras pantallas Searching for Sugar Man, película que gira en torno a la figura del músico Sixto Rodríguez. Asentado en el Detroit de los años 60, Rodríguez fue descubierto con su guitarra en uno de esos oscuros tugurios tan de película y a principios de los 70 publicó dos discos, Cold Fact (Sussex Records/Light In The Attic, 1970) y Coming from Reality (Susex Records, 1970). Dos fracasos de ventas totalmente incomprensibles para quienes habían apostado por él y que desembocaron en su despido de la compañía y el fin de su carrera musical. En la música, historias como esta las habrá a cientos pero la de Rodríguez deja de ser una más cuando sus discos llegan a Sudáfrica, un país sumido en el ‘apartheid’ y con un gobierno duramente censor con todo lo que llegaba desde fuera de sus fronteras. Seguramente por ello la música y letras de las canciones de Rodríguez son aceptadas y casi adoptadas como un acto de rebeldía y sus discos comienzan a venderse en grandes cantidades situando la figura del desconocido cantautor a la altura de nombres tan importantes como The Beatles. Pero en una época en la que no existían ‘wikipedias’ y en la que la información sobre los músicos venidos de fuera llegaba con cuentagotas saber que había pasado con Sixto Rodríguez y por qué el músico de Detroit había puesto fin a su carrera se antojaba casi imposible. Es por ello que dos sudafricanos apasionados de su música se lanzan décadas después a iniciar una investigación para conocer más sobre la figura del misterioso artista. Y en torno a esta investigación gira gran parte de un documental que se convierte en un viaje lleno de emoción e incertidumbre. Dirigido por el sueco Malik Bendjelloul, un primerizo venido del mundo de la televisión, Searching for Sugar Man es una cinta en la que la historia se sitúa por encima de la música. Una trama apasionante y con una buena dosis de emotividad que, como si de una película de misterio se tratase, obliga al crítico a no revelar demasiado sobre lo que el espectador se va a encontrar. Lo mejor que éste puede hacer es correr a verla.
[Texto]: Iván Díaz